[Presxs, Grecia] Palabras del compañero Christos Tsakalos, miembro de Conspiración de Células del Fuego sobre el 11 de junio.

[Traducido por Sin Banderas Ni Fronteras desde Radiofragmata]

El 11 de junio es un día internacional de solidaridad. Un día contra el olvido. Un día por aquellxs que por años han dejado de estar presentes en las calles.

Un diá por aquellxs que hemos aprendido a contar nuestros pasos en el patio y dividir nuestros días entre encierro y encierro y conteos nocturnos.

Al mismo tiempo, el 11 de junio es un día de guerra. Es un día de motín, porque la ley y el orden pueden gobernar pero no reinar.

La existencia de presxs anarquistas nos recuerda la existencia de la guerra anarquista. Una guerra que a veces arde lentamente y otras veces ciega el cielo con sus incendios.

Toda guerra tiene pérdidas. Hay compañerxs que perecieron ante balas de policías o por una bomba que «apresuradamente» explotó…

Son lxs compañerxs que no volverán a estar a nuestro lado en la próxima cita de complicidad.

Y luego están lxs que fueron capturadxs en las trampas del enemigo. Un enemigo bautizado en democracia que se venga con cárceles y tribunales.

Una democracia a la que le gusta trasladar a lxs presxs como trofeos, de prisión en prisión, en condiciones especiales cargadxs con decenas de años de castigo…

Dentro de la celda, a menudo te visita una pregunta que abofetea..

– «¿Valió la pena?»

Dicen que si tu enemigo no te persigue, entonces algo estás haciendo mal…

Transferencias, tribunales especiales, condiciones especiales de aislamiento, huelgas de hambre, prohibiciones de visita, detención y encarcelamiento de familiares, nuevos juicios, intentos de fuga…todo esto prueba que no nos dimos por vencidxs.

La prisión puede quitarnos nuestra libertad, pero llevamos dentro de nosotrxs la guerra contra la autoridad, en cada traslado carcelario, en cada inspección a nuestras celdas, en cada puerta que se cierra.

Y a veces, cuando las paredes de la prisión parecieran alargarse y cada ruido de las celdas cerrandose resuena en tu cabeza, sabes que no estás solx…

Sabes que esto no solo te pasó a tí, que no es solo mala suerte que te hayan capturado.

Sabes que eres la continuidad de un hilo, de una historia que comenzó con la revuelta de Espartaco e incluso antes.

Sabes que hay otrxs como tú, en las celdas de Chile, como rehenes en México, en las cárceles de los EE.UU., en el régimen FIES en España, en detención indefinida en Alemania, bajo vigilancia psicológica en Suiza, en celdas de aislamiento especial en Italia, en el confinamiento bajo tierra en Grecia, en condiciones de barbarismo en Rusia, en cautividad en Polonia…

Y eso te da fuerzas…Te hace sentir cómplice…

Y todxs estamos conectadxs con lazos de memoria y perspectiva.

Memoria por lxs que fueron encarceladxs, torturadxs y ejecutadxs antes que nosotrxs en los momentos más difíciles, y perspectiva por lxs que siguen el hilo de la historia marchando contra el reloj del poder…

Entonces, la respuesta a la pregunta es…

– «Sí, valió la pena mil veces y si retrocediera el tiempo, una y mil veces haría exactamente las mismas cosas…»

Y si alguien pregunta de vuelta…

– «Pero la prisión, ¿no es una derrota?»

La respuesta es simple…

– «La victoria se define por la vida que vives…Por eso nosotrxs somos ganadorxs…»

Christos Tsakalos, Conspiración de Células del Fuego/FAI – FRI
Módulo subterráneo de la prisión de Korydallos.

[Comunicado, Grecia] «El movimiento perpetuo hacia la libertad …» por Christos Tsakalos de la CCF / FAI-FRI

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[Traducido por Sin Banderas Ni Fronteras desde 325nostate]

«Es como jugar un juego con cartas marcadas … Sabes que las probabilidades están en tu contra, pero sigues jugando … ¿para qué … sino con el fin de continuar el juego … Y para encontrarte con otrXs en el futuro para ganar el juego? … Este es nuestra herencia … »

El 15 de febrero comenzó el juicio por el plan de escape de la Conspiración de Células del Fuego. Están siendo juzgadas un total de 28 personas, incluyendo nuestrxs familiares y otras personas que no tienen ninguna relación con el caso.

Como Conspiración de Células del Fuego hemos asumido la responsabilidad por el plan y su preparación práctica / técnica (armas, explosivos, cohetes, vehículos robadosque se encontraron en los escondites de la organización).

Pero las respuestas sobre lo que nos llevó a la decisión de escapar los jueces y los policías no las encontrarán ni en las armas ni en los explosivos o los mensajes desencriptados que encontraron.

Cualquier persona puede encontrar la respuesta, siempre y cuando escuche el ruido de las cadenas usadas en él/ella, cadenas bautizadas como libertad. Una «libertad» que intercambia nuestra vida con cables, dispositivos y pantallas… una «libertad» que lleva la máscara del/la esclavo/a feliz … Pero no hay nada real detrás de la máscara …

La vida está siendo estrangulada por el chantaje de la tiranía financiera, el sudor mal pagado en las mazmorras del trabajo, las porras, gases lacrimógenos y balas de la represión …

Mientras tanto, los cielos están lloviendo muerte con bombas que convierten países enteros en fosas comunes, lxs niñxs pequeñxs varadxs muertxs en las costas del mar Egeo y miles de personas abandonadas en los campos de concentración…

Al mismo tiempo, la mentira se volvió la verdad en la propaganda del periodista, la tecnología controla nuestros momentos y emociones, el espectáculo se viste con nuestra soledad, y el humano occidental se convierte en victimario y víctima de su amnesia, ya que se olvidó de lo que significa vivir libres. Esta es la respuesta a por qué alguien no sólo debe escapar de la prisión, sino también convertirse en un fugitivo de la vida legal de un ser obediente…

Estos pensamientos son los instigadores de nuestro escape. Si pudiéramos, nos gustaría cavar las paredes incluso con nuestras propias uñas para escapar y desenterrar las armas para la causa de la libertad y la revolución. Y no importa cuántos de esos intentos fallen o cuántas cabezas se rompan en los barrotes de la prisión, al final los barrotes se doblarán.

Porque las acciones no pueden contarse ni con armas ni con explosivos sino con la creencia de que este mundo debe ser demolido para que florezca la libertad.

Tanto los jueces y los policías saben que somos tercxs … Es por eso que optaron por llevar a nuestrxs familiares como rehenes. Para chantajearnos emocionalmente y arrebatar nuestro silencio. Pero nunca habrá un alto el fuego entre nosotrxs y el poder…

En 10.000 páginas de archivos las autoridades judiciales tratan de hacer de su mentira una mentira más convincente y llaman a 20 testigos (la mitad de ellos/as ejecutivos/as del servicio antiterrorista) para confirmar esto. Acusan a mi madre, a Evi (la esposa de mi hermano) y a Christos (hermano del camarada G. Polydoros) como miembrxs de «la organización terrorista CCF».

Su encarcelamiento ya ha recibido la orden de los palacios del poder. Esta es una muestra de la arrogancia de un poder que cree que está jugando sin un oponente.

Este juicio es un sondeo de la lucha… En resumen, hay que interrumpir violentamente el ataque de una represión de hierro que apunta hacia nuestra gente al no poder hacer que nos arrodillemos.

Pero el reto no es sólo subvertir el golpe judicial que nos chantajea a través de la persecución de nuestrxs familiares, sino también transferir el miedo a las casas de los/as enemigos/as. Ahí donde creen que son invulnerables. Y si la marcha de la represión ya resuena… es hora de que nuestras propias armas se escuchen.

«Un día tendremos que apostar por todo», en contra de todos nuestros aplazamientos del ayer, sin dudar de pie frente a nuestros verdugos… somos nosotrxs o ellos…

La ausencia borra a la gente … Pero están aquellxs que están perdidxs en el exilio o confinadx en un kilómetro de «libertad» y están presentes en nuestros corazones … Personas como Athena, Evi y Christos, porque hoy en día seguir siendo humanx es por sí mismo un acto de coraje …

Nuestro día llegará…

Christos Tsakalos – Miembro de la Conspiración de Células del Fuego / F.A.I.

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