Desde Publicación Refractario
(Estas palabras llegan con la tardanza propia de las restrictivas comunicaciones en los centros de exterminio españoles. El 7 de marzo del 2017 lxs compañexs consiguieron finalmente ser expulsados a Chile, donde fueron recibidos con un gran despliegue periodístico y amenazas represivas. Finalmente hoy Mónica y Francisco volvieron a pisar la calle)
Afinidad y solidaridad contra el victimismo y la autoridad.
En la lucha por romper con lo establecido buscamos y creamos formas de relacionarnos contrarias a la imposición y la autoridad. Formas que nos hagan sentir cómodos para desenvolvernos autónomamente en el proponer y llevar a cabo iniciativas de enfrentamiento cotidiano. En este sentido entendemos que la afinidad representa la manera más adecuada de relacionarnos entre anarquistas y que ésta no es fruto de eslóganes vacíos repetidos hasta la saciedad, sino que es el resultado de prácticas y visiones compartidas que ayudan a generar lazos perdurables de compañerismo y hermandad, que van sobre los simples lazos de amistad.
La confianza y el cariño que otorga el hecho de sentir y saber que se comparten ideas en permanente rebeldía son el sustento y la fuerza de la afinidad que se fortalece y desarrolla en el conjunto de prácticas antiautoritarias. Estas ideas, a su vez, son inseparables de nuestra opción de vida, opción que refuerza la que pensamos y reafirma lo que hacemos. Es por medio de estas relaciones que crecemos individualmente al tener la innegable posibilidad de actuar sin ataduras, lo que impide la generación de comportamientos burocráticos y autoritarios, cortando de raíz cualquier intento de concentración de poder.
Los críticos a este posicionamiento señalan que de esta manera resulta imposible incidir en la “realidad social” y que se convierte al anarquismo en una especie de gueto. Nosotros respondemos que no entendemos al anarquismo como un partido político que se sirva de todas las estrategias para engrosar cuantitativamente sus filas con el propósito de lograr cierta hegemonía. Pensamos que los medios deben necesariamente ser coherentes con los fines por lo que resulta contradictorio pretender la liberación total en base a medios que la coarten. Para nosotros el anarquismo es, sobre todo, una tensión donde la iniciativa individual juega un papel central, no una realización.
En esta experiencia de encierro que llega a su fin hemos vivido el nacimiento, fortalecimiento y afianzamiento de relaciones de afinidad. Nuestrxs compañerxs han dado contenido a la palabra solidaridad llenándonos de fuerza y orgullo. Superando dificultades, que han sido muchas y muy variadas, se ha podido de manera conjunta levantar posicionamientos e iniciativas de las que hemos aprendido mucho. La voluntad y la determinación de nuestrxs compañerxs, aunque suene repetitivo, ha destruido muros, rejas y kilómetros de distancia, ha eliminado cualquier traba del poder destinada al aislamiento y la incomunicación. Se ha intentado, y creemos que lo hemos logrado, establecer una relación alejada y contraria a conductas asistencialistas donde el/la presx es vistx como “una pobre víctima del sistema objeto de atroces injusticias”. El asumir que, como anarquistas, nos encontramos en un permanente enfrentamiento con el poder y que ello tiene sus consecuencias ha posibilitado llevar a la práctica una solidaridad activa y combativa con una línea discursiva clara y sin ambigüedades. La idea – fuerza “ni culpables, ni inocentes, anarquistas simplemente” ha reflejado y refleja nuestro posicionamiento frente a la cárcel y la represión tanto para quienes estamos dentro como para lxs solidarixs y represaliadxs que se encuentran fuera. Representa una manera de vivir y estar en prisión ligada con la intransigencia a la vez que abre innumerables caminos de acción para lxs compañerxs que pisan la calle, caminos que intentan destruir el poder al no entrar en sus categorías y ser contrarios a su lógica depredadora.
Cuando los golpes recibidos representan una oportunidad.
La oleada represiva materializada en las operaciones Pandora y Piñata ha representado el golpe más duro recibido por el anarquismo en este territorio desde la década de los ´80. Se intentó claramente eliminar a un sector del movimiento anarquista por la vía rápida referida al hostigamiento, persecución y cárcel. Evidentemente la magnitud del zarpazo estatal tuvo sus consecuencias, como no podía ser de otra manera. Fueron muchas las iniciativas que se vieron truncadas, espacios que fueron literalmente saqueados por la furia represora y el temor a verse envueltxs en las paranoides fantasías del poder generó un cierto inmovilismo que poco a poco comienza a superarse.
Sin embargo, según nuestra opinión, por lo burdo e inconsistente que ha demostrado ser la teoría policial en estos casos, este golpe representa una oportunidad para evidenciar las debilidades del Estado que utiliza sus clásicas estrategias de encierro y amedrentamiento para intentar reducir y eliminar a quienes no logra domesticar. Junto con esto creemos que dichas operaciones se encuentran íntimamente relacionadas con el auge de los movimientos ciudadanos y su incorporación en las instituciones; quienes se nieguen a jugar el juego democrático les espera la cárcel. Por tanto, al abordar lo que han significado estos golpes y llevar a cabo la solidaridad pensamos que es indispensable entender que los movimientos ciudadanos transformados en partidos políticos al optar por la vía institucional no representan, en ningún caso, un aliado, más bien son un engranaje más del poder con quienes nada tenemos que ver.
Mediante las operaciones Pandora y Piñata el Estado, como se ha dicho en varias ocasiones, intentó atacar unas ideas y prácticas que le son radicalmente contrarias, prueba de ello es que a ningunx de lxs compañerxs imputadxs se les acusa de acciones concretas. Lo que se intenta castigar es una manera de vida, una opción de lucha contra lo establecido y una permanente actividad antiautoritaria que, en menor o mayor medida, ha influido en diversos espacios y entornos. El continuar transitando por los caminos rupturistas representa, por lo tanto, una pequeña victoria al demostrar que aunque el Estado nos muestre su peor cara no nos doblega. De esta manera, pensamos que la solidaridad con lxs represaliadxs necesariamente debe ser transgresora y ofensiva, alejada de discursos pesimistas y victimistas. La utilización de toda nuestra creatividad, limitada únicamente por nuestros principios anárquicos, es fundamental en la actividad solidaria y para que de esta experiencia salgamos fortalecidxs. En la guerra contra la dominación toda acción es necesaria.
Finalmente queremos enviar todo nuestro cariño y fuerza a nuestrxs compañerxs presxs en Alemania acusadxs del atraco a una sucursal bancaria que durante estos meses se encuentran enfrentado un duro juicio. Lxs pensamos a cada instante, y el orgullo y alegría que demuestran son también los nuestros al tener la posibilidad de ser vuestros compañerxs.
Hoy y siempre mano abierta al compañerx y puño cerrado al enemigo.
Muerte al Estado y viva la Anarquía.
Mónica Caballero S.
Francisco Solar D.
Prisión Villabona – Asturias.
2 de Febrero de 2017.