Por la Solidaridad entre Prisionerxs en Guerra
Asumir y vivir mi vida en constante enfrentamiento con el mundo del Poder y todx miserable bastardx que emane algún indicio de autoridad es saber estar junto a cada hermanx que hoy se encuentre cautivx en los diferentes pero siempre horribles mataderos de Chile y el mundo entero.
En la calle –y donde quiera que me encuentre- soy un amotinado cómplice de todo lo criminal y en la cárcel no me acobardo ni tengo una actitud sumisa ante los carceleros y todo bastardo autoritario que por aquí transite. No me atraganto de lindos discurso ni frases como: “muerte a toda autoridad” y al rato me victimizo por unos cuantos palos venideros de la Autoridad, autoridad que con mis manos pretendo asesinar. Asumo las “consecuencias” de mis actos que nunca van de la mano con la pasividad. Porque esta es mi Guerra, AQUÍ Y AHORA.
Desprecio y odio a los carceleros tanto como ellos me desprecian y odian a mí. Somos eternos enemigos y eso bien lo saben y se los he hecho saber, no empatizamos en nada más que ver al otro prontamente caer.
La victimización está presente, pero por parte de ellos, de mí jamás oirán un suspiro o lamento de compasión. La cobardía está pero emerge de ellos, pretenden hacerse respetar utilizando los medios “legales” que les otorga la cárcel y te envían, aparte de ya estar en la mierda misma, a jaulas de castigo. Son cobardes, y sus acciones así lo demuestran. Entre varios tienen la “valentía” de enfrentarte, de a uno les tiemblan los puños, pese a tener protección física. Esta es su “casa”, “casa” que jamás respetaré ni desarrollaré alguna sensación de comodidad estando aquí dentro, pese a los alucinados años que pretenden acribillarme.
No digo que soy el más valiente de todxs o algo parecido. El miedo: sí, puede que sea miedo, está cuando me he visto superado en número y ya no son solo puños los que pretenden someterme y adaptarme, sino armas, que apuntan directo a la cabeza. Pero a pesar de todo, el “miedo” no consigue dominarme, lo logro controlar, difícilmente pero lo controlo.
En todos los bastardos años que he vivido, aprendí por experiencias personales a jamás guardar silencio, siempre debo responder, aunque más de algún golpe me caiga encima. No aguanto los salivazos venenosos y bofetadas del Poder así sin más ni más. En la calle, la cárcel y donde quiera que me encuentre tengo una identidad y debo ser acorde a lo que pienso, hago y quiero.
Con todo lo anteriormente escrito solo quiero dejar en claro el cómo enfrento y detesto la cárcel. Cada cual enfrenta la cárcel como quiera, pacíficamente o violentamente. Lo que es yo, daré toda una vida por explosarla desde sus cimientos.
Hoy limitado a mis acciones urbanas, es que me he visto en la urgencia de escribir estas primeras palabras públicas –pero no las últimas- con objetivos y decisiones inquebrantables. Frente a los últimos hechos que han acontecido en la cárcel Santiago 1 y en los cuales se han visto involucrados varios hermanos que han sido hostigados y golpeados por los siempre bastardos carceleros –aunque no son hechos nuevos, sino de hace incontables años- con mi hermanito Joaquín nos hemos organizado pese al duro aislamiento que pretenden imponernos y la precaria y paulatina información que recibimos, utilizando nuestros cuerpos como armas percutando un ayuno solidario de una semana a contar desde el sábado 13 de febrero. Ayuno que no dudaremos en extender o agudizar.
Que los carceleros y el Poder sepan que cada golpe que osen dar a alguno de mis hermanxs les va a caer 10, 100, 1000 veces más fuerte, hoy ya estoy dando el mío.
Ignacio Muñoz, Amaru Zúñiga, Manuel Espinosa, Felipe Román, Enrique Guzmán, Javier Pino, Nicolás Rojas, Claudio Valenzuela, Sergio Álvarez y Fabián Durán: cada segundo estoy con todos ustedes, los acompaño en cada movimiento que decidan ejecutar.
A Juan Flores en Santiago 1, en el Módulo Uno de Máxima Seguridad: un gran y cómplice abrazo, hermano. Porque la actitud en la cárcel no debe cambiar ni apaciguar.
Natalia Alvarado, Nataly Casanova, Natalia Collado, Tamara Sol Vergara, Camila Sanhueza y María Paz Vera: harta fuerza y energía. Las toneladas de hormigón y frías rejas no pueden contra toda su belleza.
A Juan Aliste, Marcelo Villarroel, Freddy Fuentevilla, Hans Niemeyer, Alfredo Canales y Alejandro Astorga en la cárcel de Alta Seguridad: un enorme saludo a la corta distancia. Que los años de combate que llevan en sus cuerpos siga siendo la resistencia del día a día.
Que las esquirlas de Libertad de cada explosión lleguen a bombear el corazón de cada presx que enfrenta dignamente la cárcel en cada rincón del mundo.
Sarnosos carceleros su respirar solo alimenta las ansias de seguir vengándome de ustedes y sus familias. Por lxs caídxs, presxs y prófugos… Porque hay todo un mundo por destruir.
¡¡ABAJO LAS JAULAS DE LA SOCIEDAD CIVILIZADA!!
¡¡GUERRA A MUERTE CONTRA TODA BASTARDA AUTORIDAD!!
Kevín Garrido Fernández.
Cautivo en Guerra.
Matadero/Cárcel de Máxima Seguridad.
Santiago de Chile.
Sobre el ataque a los compas de Santiago 1
“El hecho de que sigamos viviendo orgullosos aun estando “detrás” de las rejas hace los cementos de los muros invisibles. Les hace invisible porque nosotros somos transparentes. Les hace invisibles porque somos unos luchadores y nos atrevimos. Y cuando los muros son inexistentes nuestra fuerza canta los cantos de la victoria.”
– Carta de Panagiotis Masouras sobre las cárceles. –
No hablaré de “abusos de Poder”, no me interesa ese concepto ciudadanista que refiere al último ápice de dignidad del sometido, utilizarlo implica complicidad en la Dominación, buscar regulación o legislación. Si el Poder o su ejercicio se imponen sobre nosotros los rechazaremos por sí mismos, no por sus límites.
Pero lo anterior jamás influenciará en mi posición con respecto a las arremetidas cobardes de los carceleros, recurso desesperado ante la ineficacia de su disciplina.
Apenas nos enteramos de la agresión hacía nuestros compañeros sentimos una tristeza y frustración enormes, debido a la impotencia evidente a la hora de acompañarlos. Pero por otra parte, surgió en nosotros un odio vitalizante nos despertó del estado comatoso de la monotonía presidiaria, levantó nuestras frentes y nos posicionó de vuelta en el conflicto. Seguimos en Pie, en esta trinchera no hemos muerto.
Nunca le hemos tenido fe al uniforme, no creemos que tras el verde oscuro y bototos de milicos encontremos a un individuo digno de comprensión, respeto ni aun menos amistad, que por lo mismo, de ellos y su institución no esperamos nada, es más, que sentimos un profundo desprecio hacia ellos y quien los defienda.
Cara a Cara con el Enemigo.
“Estamos en su casa” nos recuerda… ¿y qué importa? Nunca hemos estado en nuestra casa, ni dentro ni fuera de la cárcel, la lógica siempre ha sido la misma, nosotros y ellos, el Dominio, el Poder, los buenos y justos. Solo en la Solidaridad nos desenvolvemos como en casa y ella es, inquebrantable, soporta golpes, insultos, castigos y humillaciones. Por esto, más que entender este texto como un parte de guerra, quiero que los cabros sepan que no están solos, que acá estaremos ante todo tormento, sepan que si bien la situación no nos acompaña, nos recuerda y nos prohíbe normalizar el encierro, solo agudiza el conflicto.
Nuestras acciones son limitadas, pero a pesar de aquello con Kevin coincidimos en comenzar el día sábado 13 de febrero un ayuno solidario que se extenderá una semana y que estará dispuesto a modificaciones dependiendo de la coyuntura, véase, la situación de los compas, su salud y sus próximos pasos.
Que el paco fascista se frustre cuando nos vea caminar con orgullo por los pasillos de la cárcel, que con una aguda sonrisa les recordemos que esto no será para siempre y que con todo el cariño de nuestras convicciones invisibilicemos los muros que nos encierran.
Un abrazo fraterno a todxs aquellxs que siguen de pie y no claudican, a mis hermanxs los suicidas de siempre.
Joaquín García Ch.
Cárcel de Alta Seguridad / Sección Máxima Seguridad.