Desde Contrainfo
Han pasado ya 3 años desde que el Angry (Sebastian Oversluij Seguel) muriera en un robo frustrado a un banco en la comuna de Pudahuel aquella mañana del 11 de Diciembre, y aunque el tiempo nunca será un aliado, pues escribir sobre él nos sigue tensionando, aquí volvemos a estar, insistimos en recordarle, con un mínimo gesto este año, es cierto, pero con más de una certeza que guía nuestras convicciones: sin lugar a dudas el silencio no es opción.
Para nosotrxs, el Angry fue un compañero con todas sus letras. Una persona en constante cuestionamiento, profundamente reflexivo de sus actos buscando siempre que estos se opusieran a lo impuesto, con una capacidad autocritica enorme, que sin duda le permitió avanzar en su aprendizaje cotidiano; y con un cúmulo de convicciones y valores firmes que guiaron sus pasos hasta el día que fue asesinado. Sin embargo, hay que saber entender que estas valiosas características que hacían del Angry un compañero al que podemos sentir tan afín, no germinaron en él por arte de magia ni de un momento a otro. No, por supuesto que no. En este sentido hay un conjunto de situaciones, tensiones, experiencias, personas y Espacios que lo fueron retroalimentando en un continuo tira y afloja de prácticas, ideas y valores. Nadie nace anarquista (o nihilista, en su caso), ni siquiera revolucionario. Esa nueva mentalidad, esa conciencia por deconstruir y construir una vida distinta, se va forjando continuamente, paso a paso, la mayoría -sino todas las veces- desde lo colectivo, hasta ver reflejados los propios cuestionamientos en actos esporádicos, primero, y con el correr del tiempo, en praxis cotidiana: ya no es un episodio de tu vida, ya no es un rato de tu tiempo, sino que tu vida y el correr de tus días se vuelcan a liberar las cadenas. Son pequeñas batallas en un mundo que nos contraría, son pequeñas revueltas que unx vivencia internamente para ir librándose de la moral que nos imponen desde pequeñxs y que todxs en mayor o menor medida llevamos dentro.
En ese sentido, hay que remarcarlo porfiadamente, el Angry como sujeto político, como Nihilista, como compañero, no nace de la Nada Creadora (como a el le hubiese gustado, jejeje), sino que emerge también de un entorno político que valida el accionar revolucionario en todas sus manifestaciones. El Angry es la conjugación de sus propias aspiraciones personales sumadas a entornos de lucha que se retroalimentan continuamente, y es aquí donde quisiéramos detenernos, ya que si bien es cierto el compañero nunca conoció físicamente esta Biblioteca, como proyecto particular, su vida tuvo directa correlación con este tipo de espacios, los que en distintas épocas de su vida le aportaron y le permitieron de una u otra manera seguir forjándose como un guerrero decidido a confrontarse por la libertad, optando con total convicción llevar su vida más allá. Esta es, quizás, la mayor y real importancia de estos Espacios.
Hoy por hoy, si bien aún no contamos con un lugar físico para poder desarrollarnos nuevamente como proyecto autónomo y antiautoritario, particularmente en estos días no dejamos de sostener lo esencial y necesarios que son para una guerra multiforme, Espacios como los de esta Biblioteca, en donde no es solo la infraestructura fisica lo que cuenta, sino que también la posibilidad cierta pero muchas veces subestimada o ninguneada de encontrar a aquellxs compañerxs afínes a una idea, y por qué no, a aquellxs cómplices que quizás con el paso del tiempo caminarán a tu lado por un sendero que persigue, que añora la libertad. Creemos que si el Angry fue quien fue, es en parte gracias a que Espacios como este le cobijaron en sus primeros años de rebeldía. Y con esto no queremos decir que queramos al lado sólo compas como el Angry, sin duda cada cual es libre de seguir sus propias aspiraciones personales y guiar sus pasos por el camino que mejor le parezca, pero si algo podemos rescatar profundamente del Angry en particular, algo que nos contagiaba y que esperamos que aún hoy pueda contagiar a tantxs más, fueron sus deseos, su energía creadora y la pasión que este compañero entregaba en su praxis libertaria y que entregó hasta su último día, algo que sin duda nos impulsa a seguir expandiendo espacios de retroalimentacion como la biblio, los que con sus aciertos y flaquezas logran hacer que los entornos en lucha se potencien, reafirmen y crezcan, creando redes de compañerismo y complicidad que muchas veces consiguen ser inquebrantables… aunque incluso la muerte haya decidido, presurosa, llevarse a otrx valiosx compañerx.